Con el objetivo de seguir contribuyendo de manera activa a su desarrollo personal, como académico el equipo Psicoeducativo del programa PACE ULS, ha creado el siguiente artículo, relacionado con el autoconocimiento y su importancia. Esperamos que sea de utilidad.

El autoconocimiento, es entendido como el conocimiento de nuestras propias cualidades, es un elemento fundamental para el desarrollo de múltiples tareas en la vida, ya que su carácter transversal le exige estar presente en diversos ámbitos, por distintos que estos sean. El aprendizaje es un ejemplo de esto, ya que conocer nuestras habilidades nos permitiría desarrollar actividades y realizar tareas de manera óptima, utilizando todos los recursos que sean adecuados a nuestras capacidades y que respondan a nuestras necesidades.

En el ámbito universitario, un estudiante que logre de forma independiente aplicar estrategias acordes a sus requerimientos académicos será considerado un estudiante autónomo, capaz de lograr sus objetivos y trabajar para ello, por lo que tiene mayores posibilidades de tener un buen rendimiento académico.

Una de las características de un estudiante autónomo es su capacidad para gestionar su tiempo de manera eficiente, lo que, según Pérez et al. (2011), corresponde a planificar, organizar y evaluar los tiempos a su disposición, con el fin de dedicar horas al estudio, los trabajos y las múltiples tareas para cumplir con cada una de ellas. Sin embargo, ninguna de estas habilidades podría ser su objetivo si él o la estudiante no se conoce a sí mismo, ya que muchas veces las herramientas psicoeducativas que aprenda el estudiante dependerán de ciertas capacidades del mismo para que dichas herramientas sean aplicadas de manera tal que el resultado obtenido sea el esperado.

Para Boza (2012), el autoconocimiento se vuelve sumamente relevante en la educación superior, puesto que esta habilidad puede influir en la capacidad del estudiante para adquirir herramientas que faciliten su estudio y las estrategias necesarias para tener un buen rendimiento académico, lo que se ve reflejado en acciones como, por ejemplo, el poder gestionar su tiempo, lo que involucra procesos de organización y planificación; adquirir técnicas de estudio, lo que involucra saber cómo aprende, entre otros.

Cuando hablamos de autoconocimiento en la praxis, podemos identificar algunas situaciones que reflejan la necesidad de autoconocerse. Por ejemplo: cuando una estudiante tiene un mal resultado porque estudió de tal manera, estudió igual que lo hizo un compañero o compañera, pero este tuvo un buen resultado, el estudiante tiende a preguntarse el motivo de su mal resultado, el porqué de su diferencia en la calificación. La falla está en el autoconocimiento, ya que el método de aprendizaje o de estudio no es el mismo para todas y todos, por lo que es el trabajo propio de conocerse el que guiará en la búsqueda de aquello que sea de mayor utilidad.

Es así como, si el estudiante desarrolla la capacidad de autoconocerse, este logrará utilizar todos los recursos a su disposición y según sus necesidades, identificándose como autónomo y un potencial buen rendimiento académico, por lo que trabajar en esta habilidad es fundamental y es necesario que esta se vuelva la primera tarea de un estudiante. Como bien dijo William Shakespeare: “De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo”.

Si quieres saber más sobre el autoconocimiento, cómo desarrollarlo y cómo te puede servir, no olvides seguir las páginas de PACE ULS y todas las redes sociales del programa.

 

Escrito por PACE ULS.

 

 

Referencias

Boza, Á. (2012). Motivos, actitudes y estrategias de aprendizaje: aprendizaje motivado en alumnos universitarios. Revista de curriculum y formación del profesorado, 16(1), 125-142.

De la Herrán, A. (2004). El autoconocimiento como eje de la formación. Revista Complutense de Educación, 11-50.

Lazos, E. (2008). Autoconocimiento: una idea tensa. Diánoia, 169-188

 

 

Ir al contenido