El equipo PACE ULS, en su constante trabajo de acompañarlos en su desarrollo académico, ha realizado este artículo en la línea psicoeducativa, para apoyarlos en su proceso formativo.

El ingreso a la universidad representa un cambio de paradigma en nuestras vidas como estudiantes, las responsabilidades crecen, los profesores cambian, los amigos se van y aparecen otros nuevos y todas nuestras habilidades son puestas a prueba en un escenario distinto. De igual forma, esto viene acompañado con todo el estrés que supone adaptarse a la vida universitaria, ya sea por la carga académica, por la lejanía del centro de estudio y por nuestras relaciones interpersonales.

Uno de los principales problemas que se encuentran los y las estudiantes en el primer año universitario es la exigencia de los docentes, la cantidad de información que deben aprender y manejar para rendir de forma adecuada y superar los desafíos que presumen las asignaturas. Por ello, surgen diversos problemas tanto a la hora de estudiar cómo en el momento de enfrentar un examen/prueba, ya que, se exigen habilidades distintas o pocos usadas durante nuestra enseñanza secundaria.

Por este motivo, es importante revisar y evaluar nuestras habilidades y estrategias para estudiar y, específicamente, el concepto mismo de aprendizaje, pues, a pesar de que llevamos años aprendiendo distintas cosas, sea en el colegio, en la vida, en la casa u otro ámbito; puede que nunca hayamos comprendido con claridad en qué consiste este concepto y cómo este puede depender del área estudio, de nuestras habilidades y las estrategias que se utilicemos al momento de aprender.

Entonces: ¿hablemos del aprendizaje?

Este concepto se puede comprender como un proceso por el cual el ser humano o en este caso un estudiante, adquiere o modifica sus conocimientos, habilidades y conductas a partir de la experiencia, del propio estudio y del razonamiento (García et al., 2015). A su vez, hay que recordar que la forma en cómo aprendemos va cambiando, dependiendo del contexto, de las habilidades y de la etapa evolutiva de la persona, por lo que, se puede considerar al aprendizaje como un proceso dinámico y abierto a diferentes elementos que pueden facilitar o dificultar el proceso de aprender.

¿Cómo podemos aprender en la Universidad?

Como hemos revisado, el aprendizaje puede ser un proceso complejo que implica ciertos aspectos y elementos para sea eficaz y eficiente; sin embargo, también es un proceso dinámico y adaptable a cualquier estudiante, ya sea por el tipo de conocimiento que intenta aprender, las técnicas que utilice y el contexto que se encuentra.

Con relación al tipo de conocimiento, es habitual que el conocimiento matemático/cálculo suela ser aprendido a partir de la práctica continua, es decir, a través de la realización de ejercicios matemáticos de forma reiterada en el tiempo, logrando un manejo adecuado para afrontar los ejercicios de mayor complejidad. De esta manera, la experiencia del sujeto se convierte en un pilar fundamental para el aprendizaje, el cual es influido por nuestro conocimiento previo al momento de aprender.

Con respecto a las estrategias y técnicas que se pueden utilizar para aprender, debemos decir que estas dependen de cada persona, pues, todos los y las estudiantes tienen gustos y preferencias diferentes al momento de aprender. Algunos pueden preferir estudiar con estímulos visuales como realizar anotaciones, dibujos o mapas mentales que facilitan el proceso de aprendizaje. Otros suelen usar estímulos auditivos como clases grabadas, audiolibros o indicaciones sobre cierto tópico. De igual modo, hay estudiantes que prefieren utilizar estrategias que impliquen movimiento o experimentación directa como practicar cierto procedimiento de forma reiterada. Por último, hay estudiantes que suelen combinar las estrategias señaladas, utilizando cada estímulo cuando creen necesario para que el estudio sea efectivo.

Por último, es importante destacar el contexto en que se encuentra el o la estudiante al momento de aprender, debido a que cada carrera tiene exigencias particulares y cada estudiante se encuentra en una situación diferente, por ende, debe adaptarse a las circunstancias del entorno (horarios de estudio, ruido ambiental, lugar, etc.); las personales (estado de ánimo, cansancio, etc.) e institucionales (exigencias particulares de cada carrera).

En conclusión, el aprendizaje es un proceso personal, adaptable y puede variar según nuestro objetivo, por lo que se recomienda buscar y adaptar nuestras estrategias a las circunstancias y aprender de los intentos fallidos.


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Referencias bibliográficas
García Gajardo, F., Fonseca Grandón, G., & Concha Gfell, L. (2015). Aprendizaje y rendimiento académico en educación superior: un estudio comparado. Actualidades investigativas en educación, 15(3), 404-429.

 

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